LOKOD POR JESUS

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LOKOS POR JESUS

miércoles, 18 de noviembre de 2009




NOVIAZGO A LA MANERA DE DIOS
Por:Thomas Chester
¿Cómo sé que estoy realmente enamorado de alguien y que es la voluntad de Dios?
Asumiendo que Ud. es creyente por el hecho de haber recibido a Cristo como su Salvador personal voy a proseguir adelante.
Bajo esta premisa, Ud. podría saber si está enamorado haciéndose las siguientes preguntas:
Primero: ¿He orado fervientemente al Señor por una enamorada, aún antes de conocer a la chica que ahora me gusta? En el caso del creyente, el enamoramiento comienza no cuando se encuentra con una chica que es muy atractiva físicamente y su corazón late más aprisa cuando se encuentra con ella, sino cuando en la comunión íntima con el Señor en su palabra y la oración ruega a Dios por que Dios traiga a su vida la persona con quien Ud. va a compartir el resto de sus días como esposa.
Ningún joven creyente debería entrar al enamoramiento sin antes haber cultivado una íntima comunión con el Señor. Me imagino que Ud. conoce a una chica que le gusta mucho. Si Ud. no ha estado en comunión con el Señor con anterioridad, y siente una atracción hacia esa chica, seguramente no es Dios quien esté poniendo esa atracción en Ud. sino sus hormonas, su instinto por tener una compañera. La base del enamoramiento no es el atractivo físico entre la pareja de enamorados, tampoco es el amor entre enamorados. La base del enamoramiento debe ser la voluntad de Dios, quien pone en el corazón de los dos el deseo de unir sus vidas en matrimonio.
Ya que hemos hablado de matrimonio, permítame una advertencia: Si no piensa casarse con aquella chica, no pierda su tiempo y su santidad enamorándose de esa chica. El enamoramiento no es un pasatiempo. El enamoramiento no es un día sí y el siguiente no. El enamoramiento guiado por el Señor es la antesala del matrimonio.
Segundo: ¿Es esa chica creyente? La Biblia es clara en manifestar que la voluntad de Dios es que un creyente se enamore y se case exclusivamente con otro creyente del sexo opuesto.
2ª Corintios 6:14 dice: "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? "
Un enamoramiento entre un creyente y un incrédulo es contrario a la voluntad de Dios. Si la chica que a Ud. le gusta no es creyente y Ud. siente una atracción hacia ella, no es Dios quien ha puesto esa atracción en Ud. Esa atracción es fruto de su propio deseo, de su propia pasión. Si Ud. persiste en esa unión desigual, Ud. lo lamentará grandemente tarde o temprano, probablemente más temprano que tarde.
Cuando alguien está en este caso, la pasión es tan fuerte que anula a la razón. El joven o la joven creyente razona más o menos de la siguiente manera. Bueno, yo soy creyente, él o ella no es. Qué buena oportunidad para guiarle en los caminos del Señor por medio de enamorarme de él o de ella.
Parece lógico, pero el problema está en que este razonamiento contradice la palabra de Dios cuando dice que los creyentes no deben unirse en yugo desigual con los incrédulos. Un buen fin, que es llevar a un incrédulo a los pies del Señor, no debe llevarse a cabo con un mal medio, como esto de unirse en yugo desigual con un incrédulo. El fin no justifica el medio.
Tercero: Asumamos que Ud. ha orado al Señor por una enamorada y la chica que le gusta es creyente. Entonces debería hacerse la siguiente pregunta: ¿Están mis padres, los padres de ella y los líderes de la iglesia de acuerdo con esta relación? Quizá Ud. dirá: ¿Qué tienen que ver mis padres en algo que es asunto mío? ¿Qué tienen que ver los líderes de la iglesia en mis cosas personales? Estas preguntas tienen respuesta en la palabra de Dios.
Colosenses 3:20 dice: "Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor."
Los hijos creyentes deben andar en sumisión a sus padres, aún cuando sean mayores de edad. Por tanto, una decisión tan importante como aquella de enamorarse de alguien debe ser en total acuerdo con los padres tanto suyos como de la chica que a Ud. le gusta. No es prudente un enamoramiento a espaldas de los padres o peor todavía, en contra de la voluntad de los padres.
Hebreos 13:17 dice: "Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no es provechoso."
Los pastores o líderes de la iglesia local donde Ud. se congrega han sido puestos por Dios como autoridades sobre la congregación. Su responsabilidad es sujetarse a ellos. Ud. por tanto está en la obligación de buscar el asesoramiento de ellos para saber si debe o no entablar una relación de enamoramiento con alguien. No desprecie a los pastores de su iglesia haciendo casas que ellos no han sido al menos informados.
Cuarto: Asumamos que tanto sus padres como los líderes de la iglesia están de acuerdo con su probable relación de enamoramiento . La pregunta que debe hacerse sería: ¿Está la chica que me gusta, dispuesta a tener una relación de enamoramiento conmigo? Ud. puede haber estado orando por una enamorada, esta chica puede ser creyente, Ud. puede haber obtenido el apoyo de sus padres y de los líderes de la iglesia local, pero eso no significa que ya es enamorado de ella, porque falta que ella dé su palabra de aceptación.
Para eso, yo le recomendaría que Ud. de una manera muy madura y respetuosa hable con ella para indicarle que Ud. ha estado orando por ella para que sea su enamorada y que le gustaría saber si ella está de acuerdo con eso. No cometa el error de exigir una respuesta ese mismo instante o al día siguiente o la semana siguiente, etc. Recuerde que Ud. está tratando de hacer las cosas en la voluntad de Dios y si es de Dios, Ud. no tiene por qué apresurar las cosas. Pida a la chica que comience a orar por este asunto, y cuando ella esté segura que Dios ha respondido a su oración sobre este asunto, que le haga conocer.
La chica entonces tendrá que seguir los mismos pasos que Ud. ha dado, es decir, debe esmerarse por tener una comunión íntima con el Señor, debe orar al Señor sobre este asunto, debe buscar la guía de la palabra de Dios, debe consultar a sus padres y a sus pastores y si todo concuerda debería hablar con Ud. para comenzar la relación de enamoramiento. Recién allí, se podría decir en honor a la verdad que Ud. sabe a ciencia cierta que está enamorado y que eso es la voluntad de Dios.
Lo que hemos sugerido no concuerda con la costumbre de enamoramiento que prevalece en el mundo. La razón es muy sencilla. El enamoramiento al estilo del mundo se fundamenta en lo físico y deja a un lado lo espiritual. Según el mundo, si a Ud. le gusta una chica, simplemente va, le habla y de frente le dice que ella le gusta y que le encantaría ser enamorado de ella. Si Ud. cae bien a la chica, ella también dirá que Ud. le gusta y eso es todo. Ya son enamorados.
Pero note que todo gira alrededor de lo físico, de lo que perciben los ojos, de lo material. Dios no tiene nada que ver en este plan. No es extraño que enamoramientos que comienzan así terminen mal y cuando llegan al matrimonio, la posibilidad de éxito es mínima. No juegue a la ruleta rusa. Usted conoce al Señor, deje que el Señor guíe el proceso de enamoramiento. Dios sabe lo que es mejor para Ud. y cuando permitimos que Dios maneje nuestros asuntos tenemos garantizado el éxito tanto en el enamoramiento como en el matrimonio.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Cono Vivir Tu Liderazgo Al Maximo En Tu Ministerio Juvenil


Con pasos cortos se acercaba. Era una mujer de baja estatura y muy delgada que llegaba a Calcuta (India) cuando los agentes de migración, requiriendo sus documentos de identidad, le preguntaron: “¿Cuál es su nombre?”. Ella respondió: “Soy Teresa”. “¿Y cuál es el propósito de su viaje?”, indagaron. Ella dijo con mucha firmeza: “Vengo a ayudar a India”. El hombre la miró fijamente, replicando: “¿Tiene dinero?”. Ella tomó su bolso y dijo: “¡¡¡Tengo tres monedas y tengo a Jesús, puedo hacer cualquier cosa!!!”.En una cultura como aquella, una mujer no tenía lugar en la sociedad, mucho no podía hacer. Pero aún así la dejaron pasar. Tal vez por las tres monedas más que por lo que podía aportar a la sociedad. Además, era una simple desconocida nacida en Skopje, Albania. Nada alteraría el curso de la historia.Pero con el transcurrir de los años, antes que ella muriera, cada presidente o ministro en todo el mundo, sabía quién era ella. La que con tres simples monedas y Jesús afectó el mundo entero, porque decidió ser fiel a Dios y ayudar a ese pueblo. Cuando decides tomar lo que Dios te dio para servir a otros, ocurren cosas que ni imaginaste.No necesitas ser un súper dotado para servir. Ni siquiera necesitas saber leer, escribir o tener una certificación con las mejores calificaciones para hacerlo. No necesitas llegar hasta un postgrado en tus estudios para ayudar a la gente que está a tu alrededor. Martin Luther King, Jr. Lo dijo de esta manera: “Todos pueden ser grandes……Porque todos pueden servir.No tienes que tener un diploma para servirNo tienes que saber gramática para servirSólo necesitas un oído lleno de gracia y un alma impulsada por el amor”Servir es un estilo de vida, que te llevará a experimentar los momentos más gratificantes de tu vida si lo haces con la motivación correcta. De ahí la importancia que como Líder juvenil conozcas el potencial que Dios te ha dado y empieces a buscar oportunidades para desarrollarlo y así vivir tu vida al máximo. Para ello, considera lo siguiente:Ten un propósito por el que valga la pena vivir.Jack Morrison, bombero de vocación, lucha arduamente por abrirse camino entre llamaradas de fuego y explosiones dentro de un gran almacén. Su objetivo es rescatar a un ciudadano atrapado por el intenso fuego. Ingresa al almacén y en el empeño de seguir avanzando para salvar a la víctima, un derrumbe lo sorprende dejándolo atrapado entre escombros y metales de las estructuras caídas.Desde afuera, el capitán Mike Kennedy -mentor, amigo y jefe de bomberos de Jack- hace todo lo posible por rescatarlo con vida. Hay camiones cisternas de la unidad de bomberos, luces, sirenas, helicópteros, gigantescas llamas y columnas enormes de humo subiendo del gran almacén. Adentro de aquel edificio ardiente, Jack Morrison está inmóvil en el suelo, atorado por los escombros y pedazos de edificación que hace instantes habían caído sobre él. Es en ese instante que empieza a recordar y a visualizar en su mente escenas pasadas de su vida. Entre ellas, el momento en que conoció al Capitán Kennedy, sus inicios y el descubrimiento de su pasión, profesión y vocación: ser un rescatista y salvar vidas, enfrentando todo tipo de peligro, obstáculos y dificultades; poniendo en riesgo su propia vida a favor de personas que ni siquiera conoce, hasta el trágico momento en el cual se encuentra atrapado.Cada recuerdo denota la desinteresada motivación de cumplir con su deber. Esas historias vividas asoman pensamientos que le hacen suponer que cumpliendo y desarrollando su vocación fue que Jack encontró a sus más cercanas amistades, conoció al amor de su vida, experimentó la realización de sus sueños y entendió que las verdaderas recompensas a su labor son los rescates logrados a lo largo de su carrera.Mientras Jack se encuentra caído, aguardando ahora su propio rescate, afuera de aquel edificio sus amigos y compañeros de vocación trabajan arduamente por salvarlo de una tragedia de la cual parece imposible salir con vida.Quizá hasta aquí no se había dado cuenta, pero Jack había descubierto su propósito en la vida sirviendo a otros.Dos grandes interrogantes surgen de aquel filme titulado “Brigada 49”:¿Qué lleva a un hombre a entrar a un edificio en llamas cuando todo el resto está corriendo hacia fuera? ¿Por qué los bomberos dejan a sus familias todas las mañanas para arriesgar sus vidas por extraños?La palabra clave que responde a ambas interrogantes es: “Propósito”. Lo hacen porque es el motivo de sus vidas. Lo hacen porque lo llevan adentro, porque es la razón desus existencias, y aunque tienen la posibilidad de estar haciendo cualquier otra cosa, saben que no sería lo mismo.La valentía, la audacia, el coraje y la lealtad afloran en ellos, desde el día en que descubrieron que esa es su vocación y su propósito. Al reflexionar sobre nuestro propósito en la vida, recuerdo las palabras de Henry Ford, pionero de la industria automotriz, quien dijo: “Todo el secreto de una vida exitosa es descubrir qué estamos destinados a hacer, y luego hacerlo”.En primer lugar tienes que entender y asumir que tú eres el capitán de tu vida . y que tienes la responsabilidad de llevar tu vida hasta el destino que Dios trazó para ti y también para ayudar a chicos a que puedan entender los propósitos que Dios tiene para ellos.No tendrás la oportunidad de culpar a otros de dónde y en qué situación te encontrarás en 5 o 10 años. A esa altura estarás viviendo las consecuencias de tus decisiones de hoy. Es tu responsabilidad averiguar cuáles son los caminos que tienes que recorrer y utilizar todos los recursos que Dios te da para encaminarte hacia aquello que Él tiene preparado para ti. De esta manera puedes trazarte metas que te acercarán a la misión que tienes en esta vida. Sólo tú puedes descubrir el propósito que Dios tuvo al crearte. Sólo recuerda que sea cual fuere ese propósito siempre apuntará a servir a tu generación, a dejar una huella en la vida de los que te rodean.“Los sueños de Dios, no caben en tus sueños, pero tus sueños si caben en los sueños de Dios… sueña en grande, pero asegúrate que en tus sueños estén incluidos los sueños de tus jóvenes, y ten por seguro que entonces sí será un sueño de Dios”.